
Coordinador:
Arturo Cañamares – [email protected]
En defensa del individuo y su sociedad: Desafiando a los Filósofos de la Sospecha.
Paul Ricoeur señaló a tres filósofos de la sospecha que han marcado las ideas de los dos últimos siglos: Marx y su sospecha económica, Nietzsche y la sospecha sobre los valores de la sociedad, y Freud sobre las pulsiones que mueven el inconsciente humano.
Llega el momento de investigar sus argumentos y dar respuesta a sus sospechas.
CONCLUSIONES FILOSOFÍA 2024
Coordinador: Arturo Cañamares
Componentes: Álvaro Corvera Cuevas, Ángel María Rodríguez, Daniel Sánchez Moreno, Eduardo de Andrés Rodríguez, Gustavo Ron Utrera, Jeremi Olaverría Rocha, Josep Maria Rossinyol, Marcos Segovia Hernández, Rodrigo López Rodríguez, Santiago Álvarez Manzanedo y Toni Julià.
Desde Tales de Mileto, el hombre ha sospechado de los mitos: la filosofía, madre de las ciencias, ha emergido, como lo hizo del mar la diosa Venus.
Grecia comenzó a cimentar las bases de Occidente con sus filósofos, entre los que destacan Sócrates, Platón y Aristóteles. Sin embargo, será en la Edad Moderna cuando, como una mano que golpea la primera ficha de una larga sucesión, comenzarán a darse los diferentes “ismos”. Aquella mano, Descartes, con su racionalismo, desencadenaría los diferentes movimientos ideológicos; formas de pensar, giro cartesiano, que cambiará para siempre la filosofía y la sociedad. Cada uno se centrará en un solo aspecto de la realidad en el que basará todo su sistema. Estos reduccionismos han sido los que poco a poco han desligado al hombre de Dios y provocado incluso un rechazo al propio hombre.
Paul Ricoeur es quien acuñó el término “Maestros de la sospecha”, aunque fue Hegel quien sembró las bases sobre las que se apoyarán estos pensadores. Todos despertaron a la sociedad utilizando la sospecha: Marx dudando de la sociedad capitalista, Nietzsche de Dios y Freud del sentimiento religioso y de culpa que reprime la sexualidad.
Karl Marx, movido por unas injusticias reales que sufría el mundo obrero, sospecha de la concepción anterior del ser humano y propone que éste es pura materia y que con su trabajo es capaz de transformar la naturaleza. Defiende un cambio social a través de la lucha de clases, la abolición de la propiedad privada y el olvido de la religión. Dado que este enfoque es reduccionista y, por lo tanto, erróneo, el modelo social que surge deriva, inevitablemente en destrucción.
Friedrich Nietzsche, conocido principalmente por su denuncia a una sociedad que concibe apoyada en tres bases fundamentales; la antropología (somos infrahombres), la ética (seguimos una moral de esclavos) y Dios (que nos somete). Quiere destruir la sociedad y divinizar al hombre utilizando un modo de vida dionisiaco. Nietzsche se equivoca en el concepto de libertad que deriva en su nihilismo. Propone la muerte de Dios, que consiste en retirarlo de nuestra sociedad y en su lugar colocarse a sí mismo como un súper hombre no sujeto a ninguna norma.
Sigmund Freud, nuestro tercer filósofo de la sospecha, señala que la ciencia se encuentra por encima del arte y la religión. Cree que nuestras continuas pulsiones sexuales, están reprimidas y nos causan frustración. Explica que en el ser humano existen tres capas: en el inconsciente los impulsos sexuales quieren ser satisfechos; pero la parte consciente del hombre sufre tensión entre ese deseo y las normas que le dicta su tercera estructura, que reprime esas pulsiones. Como solución, que él considera “científica”, propone el psicoanálisis.
En estos días de las jornadas, nos hemos dado cuenta de que los tres se fundamentan en axiomas erróneos. Marx y su materialismo, Nietzsche con la muerte de Dios, y Freud con su pansexualismo. Constatamos que, cuando el hombre olvida lo que es el hombre, cae en aberraciones. Los tres filósofos han configurado la sociedad actual, materialista y agnóstica, líquida y woke, hedonista y pansexualista. Debemos defender al hombre en su naturaleza: ser material pero también espiritual, ser libre pero sujeto a normas necesarias, ser sexuado, capaz de amar con su cuerpo y con su alma
CONCLUSIONES FILOSOFÍA 2024
Coordinador: Arturo Cañamares
Componentes: Álvaro Corvera Cuevas, Ángel María Rodríguez, Daniel Sánchez Moreno, Eduardo de Andrés Rodríguez, Gustavo Ron Utrera, Jeremi Olaverría Rocha, Josep Maria Rossinyol, Marcos Segovia Hernández, Rodrigo López Rodríguez, Santiago Álvarez Manzanedo y Toni Julià.
Desde Tales de Mileto, el hombre ha sospechado de los mitos: la filosofía, madre de las ciencias, ha emergido, como lo hizo del mar la diosa Venus.
Grecia comenzó a cimentar las bases de Occidente con sus filósofos, entre los que destacan Sócrates, Platón y Aristóteles. Sin embargo, será en la Edad Moderna cuando, como una mano que golpea la primera ficha de una larga sucesión, comenzarán a darse los diferentes “ismos”. Aquella mano, Descartes, con su racionalismo, desencadenaría los diferentes movimientos ideológicos; formas de pensar, giro cartesiano, que cambiará para siempre la filosofía y la sociedad. Cada uno se centrará en un solo aspecto de la realidad en el que basará todo su sistema. Estos reduccionismos han sido los que poco a poco han desligado al hombre de Dios y provocado incluso un rechazo al propio hombre.
Paul Ricoeur es quien acuñó el término “Maestros de la sospecha”, aunque fue Hegel quien sembró las bases sobre las que se apoyarán estos pensadores. Todos despertaron a la sociedad utilizando la sospecha: Marx dudando de la sociedad capitalista, Nietzsche de Dios y Freud del sentimiento religioso y de culpa que reprime la sexualidad.
Karl Marx, movido por unas injusticias reales que sufría el mundo obrero, sospecha de la concepción anterior del ser humano y propone que éste es pura materia y que con su trabajo es capaz de transformar la naturaleza. Defiende un cambio social a través de la lucha de clases, la abolición de la propiedad privada y el olvido de la religión. Dado que este enfoque es reduccionista y, por lo tanto, erróneo, el modelo social que surge deriva, inevitablemente en destrucción.
Friedrich Nietzsche, conocido principalmente por su denuncia a una sociedad que concibe apoyada en tres bases fundamentales; la antropología (somos infrahombres), la ética (seguimos una moral de esclavos) y Dios (que nos somete). Quiere destruir la sociedad y divinizar al hombre utilizando un modo de vida dionisiaco. Nietzsche se equivoca en el concepto de libertad que deriva en su nihilismo. Propone la muerte de Dios, que consiste en retirarlo de nuestra sociedad y en su lugar colocarse a sí mismo como un súper hombre no sujeto a ninguna norma.
Sigmund Freud, nuestro tercer filósofo de la sospecha, señala que la ciencia se encuentra por encima del arte y la religión. Cree que nuestras continuas pulsiones sexuales, están reprimidas y nos causan frustración. Explica que en el ser humano existen tres capas: en el inconsciente los impulsos sexuales quieren ser satisfechos; pero la parte consciente del hombre sufre tensión entre ese deseo y las normas que le dicta su tercera estructura, que reprime esas pulsiones. Como solución, que él considera “científica”, propone el psicoanálisis.
En estos días de las jornadas, nos hemos dado cuenta de que los tres se fundamentan en axiomas erróneos. Marx y su materialismo, Nietzsche con la muerte de Dios, y Freud con su pansexualismo. Constatamos que, cuando el hombre olvida lo que es el hombre, cae en aberraciones. Los tres filósofos han configurado la sociedad actual, materialista y agnóstica, líquida y woke, hedonista y pansexualista. Debemos defender al hombre en su naturaleza: ser material pero también espiritual, ser libre pero sujeto a normas necesarias, ser sexuado, capaz de amar con su cuerpo y con su alma
